La paz en el caos,
el odio por amor,
la verdad en lo incierto
la osadía de quedarse quieto
y aferrarse a soltar
lo que por destino tiene permanecer.
El acompañarse en soledad
donde el miedo se apodera de tu luz
y al cerrar los ojos te ves afuera
en el manto blanco que la oscuridad revela
a los paganos creyentes de la unidad.
Así el grito de tu silencio suena: Aleluya.
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