jueves, 17 de abril de 2014

Aquí se extraña

El sabor de tus poemas al oído,
el desencuentro de cada tarde
saciando de a pocos
la carencia de fantasía.

Se extraña el baile a media noche
en las bodas,
el calor húmedo de la niebla
del pueblo mágico
que nunca fue habitado.

Se extrañan
los críos que en tus ilusiones jugaban
a ser una familia con padres felices
como en los cuentos que el poeta
me contaba entusiasmado
de los cuales ni él ni yo creímos nunca nada.

Se extraña que te llame "flaquita"
tu hermana
en un abrazo que proteje hasta el alma
engendrador de libertad.

Se extraña la infancia que siempre se soñó tener
las ganas de ser varón en un mundo de barbies
la procesión de hormigas  en temporada de lluvias.

Se extraña el calor de la familia de quien no es tu familia,
el deseo de quien te desea tanto
y tanto desea
que te abandona.

Se extraña la inocencia sin convicción,
las juergas con las amigas libres
juzgadas de libertinas
por los creyentes que como eucaristía
pretenden decoro e hipocresía.

Y es que la peor de las nostalgias llega
con la memoria de aquellos eventos que jamás sucedieron,
pero cómo deseaste
fueran realidad.

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