miércoles, 14 de mayo de 2014

En negación.

Niégalo todo
desde tu uña podrida
hasta la mirada pervertida,
la razón de tu sentimiento
y la necesidad de seguir un poco más dentro.

Rechaza la verdad
en la inhibición de tus emociones,
el corazón roto al que no te has podido introducir,
la pérdida de un amor filial
que no has podido concebir.

Desmiente la conciencia de la exactitud
en la que sobreviene la cronología del despojo de la memoria
de las huellas
de las sensaciones
de los reproches.

Olvida de donde vienes
para  no saber a dónde ir,
las razones por las que andas con el espíritu, 
que para el letargo
se apoya de la hilaridad
entumeciendo cada trozo de tu escueto cuerpo
que te desafía a recordar.

Prohíbete el horror del cuestionamiento
engendrado por los muertos en procesión,
y sobre el camino de la aceptación
híncate y pide perdón.

Esconde todos aquellos vestigios
de la existencia 
de quien no se encuentra más contigo,
rehúye a la pena que te dejó.

Por más que intentes,
por más que quieras,
el dolor atesora intenciones propias
y no cesará de buscar en cada espacio de tu haber
hasta hacerte comprender
que es él
el único dueño de tu ser.




1 comentario:

raúl dijo...

tremendo poema, no hay un átomo de esperanza, dolor absoluto. me ha encantado.