sábado, 28 de diciembre de 2013

Ahí


Ahí donde no encuentres camino
sino el sonido de tus pasos
por terreno desconocido.

Ahí donde tu mirada no se tope
 con más pastor que el tacto de tus emociones
y huelas la sangre derramada por los sinsentidos.

Ahí donde tu voz se quiebre
al consolar el desasosiego de la sombría confusión
en la alevosía de toda señalada dirección.

Ahí donde tu juicio se pierda
en la niebla de palabras prohibidas
y promesas incumplidas.

Ahí donde la lóbrega locura se disocie de la infamia
el sentimiento de lo arcaico
y la excitación de lo pueril.

Ahí donde se asfixie la razón
y no haya más espacio en tus temblorosas manos 
que tu palpitante corazón
habrá LUZ.





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