miércoles, 15 de enero de 2014

Credulidad incierta

De creer creo todo
el calor en la comisura de tus labios
el camuflaje de una sonrisa pintada sobre la cara de los payasos
el andar en dos ruedas de los limosneros en el semáforo.

Creo todo,
la tristeza de los viejos por perder la vida que nunca vivieron
el analfabetismo emocional de los risorios diccionarios
la lágrima de un estafador niño que sin conciencia
ha dejado su pureza en cada  recogido centavo.

Creo,
en la culpa de mi madre por ser feliz
en el libro sagrado que los ateos guardan bajo la almohada
en el anillo de compromiso simbolizado por el resto de un ser vivo.

Creo sin duda
en la integridad de los desunidos
en la compostura de los descosidos
en el amor siempre interesado
en el hoy, siempre hoy
pero también, ayer y mañana.

Creo
en el saboreo de la ciencia
y su fusión con la inocencia
en el humano y sus formas aluzadas
alumbradas por  las sombras.

Creo en el amor eterno
y su complicidad con lo ingenuo,
que de mañana somos todos
y que nos basta sólo un dedo para tocar el cielo.

Creo
en la irreflexiva conciencia
en el interés de los políticos por el pueblo,
en la humanización de todos los humanos
y en la oración con ausencia de sujeto y predicado.

Creo todo lo que me dices
siempre que emerja de tus entrañas
peligrosos somos mi amor,
así que
cuidado y me engañas.



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