Te sugiero que nos abracemos el alma,
así como cuando niños,
aunque ahora mis manos ya no te toquen
y no esté más tu corazón latiendo cerca del mío.
Yo lo hago todos los días
sabiendo, que tú a tu tiempo,
también lo estás haciendo.
así como cuando niños,
aunque ahora mis manos ya no te toquen
y no esté más tu corazón latiendo cerca del mío.
Yo lo hago todos los días
sabiendo, que tú a tu tiempo,
también lo estás haciendo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario